mcdec¿Alguna vez te has encontrado en una situación en la que una simple conversación te abre los ojos a una nueva forma de pensar? A veces, una perspectiva diferente puede cambiarlo todo. Como líderes, la capacidad de escuchar y aprender de otros es una de las herramientas más poderosas que tenemos.
Recientemente, mientras viajaba a República Dominicana y Colombia, tuve la oportunidad de compartir experiencias con mujeres de diferentes trayectorias y culturas. Aunque nuestros antecedentes eran distintos, cada conversación fue un recordatorio de que el liderazgo no es un viaje solitario. Nos enriquecemos cuando nos abrimos a la diversidad, y eso es algo que transformó mi forma de ver el liderazgo.
Recuerdo una reunión en particular, donde escuché el testimonio de mujeres que venían de diversos entornos. Cada una compartió una historia única, llena de desafíos y lecciones de vida. Algunas de ellas me enseñaron cómo lograron levantarse emocionalmente tras enfrentar momentos difíciles, mientras que otras narraron cómo comenzaron desde cero, sin más que su determinación y sueños. Una de las historias que más me impactó fue la de una mujer que llegó a un nuevo país con cero dinero en los bolsillos, pero con una gran visión. Ella supo ver la oportunidad de levantarse financieramente en medio de la incertidumbre, y ese espíritu de resiliencia me inspiró profundamente.
Cada una de estas experiencias me enseñó algo valioso: no importa cuán difíciles sean las circunstancias, todas tenemos oportunidades para levantarnos si estamos dispuestas a seguir adelante y a aprovechar cada puerta que se nos abre. Estas mujeres no solo me mostraron lo que significa ser perseverante, sino también lo poderosa que puede ser una actitud de esperanza frente a la adversidad.
Como líderes, es fácil caer en la trampa de pensar que nuestra forma de hacer las cosas es la mejor o la única. Pero cuando abrimos nuestros oídos y corazones a la diversidad de perspectivas, encontramos nuevas soluciones, enfoques más creativos y una mayor comprensión del mundo que nos rodea.
El liderazgo no consiste en tener todas las respuestas, sino en saber hacer las preguntas correctas y aprender continuamente de los demás. En lugar de buscar a personas que piensen como nosotros, deberíamos rodearnos de aquellos que nos desafíen y nos ofrezcan una visión distinta.
Así que te pregunto: ¿Cuándo fue la última vez que aprendiste algo de alguien con una perspectiva completamente diferente a la tuya? Mi experiencia en estos viajes me enseñó que cuanto más diversidad busques, más fuerte será tu liderazgo. Al fin y al cabo, las respuestas que necesitamos a menudo provienen de los lugares menos esperados.
Enriquece tu liderazgo con las voces y experiencias de otros. ¡Ahí está la clave del crecimiento!
